Desde la llegada de Donald Trump al poder en 2025, su política comercial ha vuelto a estar en el centro del debate. En esta ocasión, la reactivación de los aranceles sobre productos importados desde China afectará directamente a los coleccionistas de figuras, ya que muchas de las principales marcas estadounidenses del sector fabrican en el gigante asiático. Empresas como Hasbro, Neca, Mattel o Mezco se verán obligadas a trasladar este aumento de costes a los consumidores, elevando significativamente el precio de sus figuras.
El impacto de los aranceles en la industria del coleccionismo
Las políticas arancelarias de Trump buscan reducir la dependencia de productos fabricados en China, incentivando a las empresas a trasladar su producción a Estados Unidos o a otros países con acuerdos comerciales más favorables. Sin embargo, la realidad es que el sector de juguetes y coleccionables ha estado profundamente ligado a la manufactura china durante décadas debido a sus costos competitivos y a su infraestructura altamente desarrollada.
El CEO de Hasbro ya ha admitido que la empresa no tendrá más remedio que aumentar los precios, reflejando directamente el impacto de estos nuevos aranceles. Esta situación también afectará a marcas como Neca y Mezco, cuyos productos dependen de la fabricación en China para mantener precios relativamente accesibles dentro del mercado estadounidense y europeo.
El auge de las marcas chinas y la creciente brecha de precios
Mientras las empresas estadounidenses luchan por ajustarse a esta nueva realidad, un fenómeno que ya lleva años en crecimiento podría beneficiarse aún más: las marcas chinas que producen figuras sin licencia oficial. Estas compañías han demostrado un buen nivel de acabado, con precios más bajos que los de las marcas establecidas. Si antes ya representaban una opción para los coleccionistas con presupuesto ajustado, ahora la diferencia de precio con las figuras de marcas oficiales será aún más pronunciada, especialmente en Europa.
¿Qué harán las marcas para adaptarse?
Las marcas estadounidenses de figuras de colección se enfrentan a una encrucijada con pocas soluciones óptimas:
- Negociar con sus fabricantes chinos para reducir costos y absorber parte del impacto. Esto podría implicar compromisos en la calidad de los materiales o el diseño para seguir siendo competitivos.
- Trasladar su producción a otros países asiáticos con costos similares y aranceles menores, como Vietnam o Indonesia. Sin embargo, esto generaría costos adicionales en la transición y podría afectar la calidad debido a la falta de experiencia de algunos fabricantes.
- Fabricar directamente en Estados Unidos, lo que alinearía a las empresas con los objetivos de Trump, asegurando un mayor control de calidad. No obstante, los precios seguirían aumentando debido a los costos de producción significativamente más altos.
Un futuro incierto para los coleccionistas
Cualquier camino que elijan las marcas, el impacto será inevitable: los precios subirán y los coleccionistas se verán obligados a pagar más por las figuras oficiales. Con el tiempo, las decisiones estratégicas de empresas como Hasbro, Neca y Mezco definirán si logran mantenerse competitivas en un mercado cada vez más complejo.